Las lluvias registradas la última semana, después de casi un año de fuerte sequía, han aportado casi un hectómetro de agua al pantano de Beniarrés. Las precipitaciones han aliviado la situación del embalse, que no obstante continúa sólo a un 16% de su capacidad. La agricultura también ha salido beneficiada, sobre todo los olivos, que empezaban a verse muy afectados por la escasez pluviométrica.

Las generosas lluvias registradas el pasado fin de semana, con cantidades por encima de los 70 litros por metro cuadrado, han inyectado algo de vida al pantano de Beniarrés, que estaba batiendo registros históricos negativos.

El embalse, con capacidad para 27 hectómetros cúbicos, llegó a almacenar tan sólo 3,5 debido a la persistente sequía, lo que supone apenas un13% de su potencial. Las reservas, sin embargo, han mejorado con las precipitaciones en un hectómetro cúbico más de agua aportado por el río Serpis y sus afluentes. La situación, en cualquier caso, continúa siendo preocupante, toda vez que el embalse sigue estando muy bajo, a un 16% de su capacidad.

El embalse de Guadalest, por su parte, también ha mejorado ligeramente sus reservas, al pasar del 19% al 30% de su capacidad, con unos 4 hectómetros. El pantano de Amadorio, en cambio, permanece prácticamente inalterable con 1,4 hectómetros, lo que supone que se encuentra al 9%.

Las lluvias, por otra parte, han beneficiado al campo, y más en concreto a los olivos. Según explicaba Alberto Llorens, de la Cooperativa de Planes, «la cosecha de este año ya no mejorará, pero sí lo hará la situación de los árboles, que empezaban a verse muy afectados por la sequía, en un fenómeno que amenazaba con tener fatales consecuencias para la próxima campaña. Además, la lluvia ha caído de forma moderada, con lo que la tierra la ha absorbido prácticamente toda».

M.Vilaplana  www.diarioinformacion.com