La Mancomunidad del Xarpolar, que integra a 24 pequeños municipios de l'Alcoià y El Comtat, se está planteando recurrir a la vigilancia privadapara hacer frente a los robos que se vienen sufriendo con cierta asiduidad en la zona. Los pueblos se quejan de la escasez de efectivos de la Guardia Civil, en ocasiones tan sólo una patrulla nocturna, lo que implica que los ladrones tengan mayores facilidades para actuar al tratarse de una zona de amplia dispersión geográfica. La entidad, ante esta situación, estudia contratar a guardas rurales de campopara que controlen el entorno de los núcleos urbanos.
Las quejas por los robos y la escasez de efectivos de la Guardia Civil son ya todo un clásico en el ámbito rural de l'Alcoià y El Comtat. Entre los cuarteles de Cocentaina y Muro tienen que controlar 26 municipios, y salvo los dos citados, el resto son de reducido tamaño ysituados en un territorio muy extenso. La falta de efectivos, además, complica esta tarea, hasta el punto que según denuncian los alcaldes, en muchas ocasiones sólo se cuenta con una patrulla por las noches que se considera totalmente insuficiente para cubrir una zona tan amplia.
La sensación de inseguridad, de igual forma, se intensifica cuando, como es el caso, se registran repuntes en la actividad delictiva. El área de Benifallim ha sido la última en sufrir una oleada de robos, al igual que sucedió este pasado verano en Gaianes. También ha habido sustracciones más puntuales en Benilloba y Penàguila.
El alcalde de este último municipio y presidente de la Mancomunidad del Xarpolar, Carlos Blanes, manifestaba que «desde que ocurrió la trágica muerte de una mujer mayor en un robo en Alcoleja parecía que la cosa se había calmado, pero últimamente volvemos a estar intranquilos».
Blanes manifestó, a este respecto, que en materia de efectivos de la Guardia Civil «cada vez vamos a menos», circunstancia de la que se han dado cuenta también los ladrones. «Hacen un intento de robo a modo de señuelo en algún punto de la comarca para captar la atención de la patrulla de la Guardia Civil, y una vez ya están allí los agentes, se dedican a actuar en otros lugares con total impunidad», lamentó.
Ante esta situación, los pueblos afectados se están planteando seriamente la posibilidad de recurrir a la vigilancia privada. De hecho, la Mancomunidad del Xarpolar ya ha estado estudiando dos presupuestos de empresas del sector, en una iniciativa que beneficiaría tanto a los 24 municipios de l'Alcoià y El Comtat integrados en este organismo, como a otros tres de la Marina Alta que también pertenecen a la entidad.
El organismo comarcal estudia fórmulas legales que permitan llevar a la práctica esta iniciativa, toda vez que según se informaba ayer desde la Delegación del Gobierno, la competencia en materia de seguridad en el interior de las poblaciones es de la Guardia Civil. Los ayuntamientos sólo podrían contratar seguridad privada para la vigilancia de sus propiedades, como es el caso de L'Orxa, que ha implantado vigilancia en el polígono industrial municipal después de sufrir varios robos.
En este sentido, indicó Carlos Blanes, la posibilidad más viable pasaría por contratar guardas rurales de campo, que se encargarían de controlar los entornos de los núcleos urbanos y de alertar ante la presencia de cualquier sospechoso. También actuarían de manera disuasoria.
Con todo, el presidente de la Mancomunidad del Xarpolar reconoció que la iniciativa «es complicada, porque los costes, que incluyen tanto personal como vehículos, son muy elevados, y estamos hablando de pueblos pequeños con muy pocas posibilidades económicas. Sólo con alguna subvención podríamos hacer algo».
M.Vilaplana www.diarioinformacion.com
