La autovía central, la gran vía de comunicación que en los últimos años ha sacado a la comarca de su histórico aislamiento, se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de los ayuntamientos de Muro y de Cocentaina. Los dos municipios han solicitado al Ministerio de Fomento que repare los daños que las obras provocaron en sus términos municipales.

Muro, gobernado por Compromís, ha anunciado esta semana que recurrirá a sus parlamentarios en el Congreso para exigir la reparación de esos daños. El diputado Joan Baldoví va a trasladar al hemiciclo la petición de solución a los problemas generado por la obra: destrozos en caminos rurales, acequias y canalizaciones o desagües inacabados. Rafael Climent, alcalde de Muro, espera que la acción parlamentaria ofrezca resultados.

Cocentaina ya ha planteado un contencioso contra Fomento, aunque aspira a alcanzar un acuerdo con el ministerio antes de llegar a juicio. La villa condal también critica los retrasos en la reparación de los hundimientos de la autovía central. El Ayuntamiento no ha obtenido respuesta a sus peticiones para que el Ministerio de Fomento corrija los badenes formados en el viaducto posterior a la salida de la autovía hacia Benilloba.

Ese mismo punto ya fue reparado antes del verano pasado, aunque en septiembre volvieron a registrarse problemas. El alcalde, Rafael Briet, insiste en que es necesaria una revisión global de la obra para garantizar que estuvo bien ejecutada. Los hundimientos han afectado a diferentes puntos de la autovía a su paso por L’Alcoià y El Comtat, un tramo que costó 316 millones de euros.

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