La degradación se está apoderando del acuartelamiento de la base militar de Aitana, en el puerto de Tudons, cuando se cumplen seis años desde que el Ejército lo abandonó para concentrar todos sus efectivos en la zona de radares. El Ministerio de Defensa se había comprometido a ceder de forma gratuita las instalaciones para su uso público, pero la Generalitat y la Diputación siguen sin concretar el acuerdo. Ante esta situación de parálisis, el Ayuntamiento de Alcoleja, en cuyo término municipal se asienta el acuartelamiento, reclama la propiedad para evitar que el complejo termine viniéndose abajo.
Tal y como ha venido informando este diario, las instalaciones permanecen desocupadas desde 2007, cuando el Ministerio de Defensa decidió concentrar todos sus efectivos en la zona de radares, situada en la cima de la sierra. A propuesta del Ayuntamiento de Alcoleja, se llevaron a cabo diversas gestiones para aprovechar el acuartalemiento y otorgarle un uso público.
Tras lograrse la desafección, tanto la Generalitat como la Diputación accedieron a negociar con Defensa de cara a alcanzar un acuerdo de cesión. En este sentido, fue a mediados de 2011 cuando se realizaba un ofrecimiento formal de cesión gratuita por 15 años prorrogables, oferta ésta que estaba condicionada a que la Diputación, a través de la empresa Proaguas, redactara un proyecto sobre el uso de las instalaciones. En ese momento se hablaba de reconvertir el acuartelamiento en un gran espacio dedicado al medio ambiente, con un albergue y salas de conferencias y talleres. También se proponía la ubicación de una brigada de emergencias e incluso una residencia para la tercera edad.
Sin embargo, y debido a la complicada coyuntura económica, transcurrido todo este tiempo todo sigue igual, salvo el excomplejo militar, que cada vez está más degradado debido a la situación de abandono en la que se encuentra. Pese a que toda la zona permanece vallada, el paso del tiempo está haciendo mella en los edificios, cuyos revestimientos se caen a trozos. Las ventanas, abiertas o rotas, están dejando que entre el agua de lluvia al interior de los inmuebles y, por supuesto, las zonas ajardinadas se encuentran en muy mal estado. Las propias vallas están también cada vez peor.
Ante esta situación, el alcalde de Alcoleja, Francisco Fenollar, mostraba la disposición del Ayuntamiento a hacerse cargo de las instalaciones. Según manifestaba, "cada vez está peor y al final caerá y nadie querrá hacerse cargo de lo sucedido. Somos conscientes de que Alcoleja es un pueblo pequeño con muy pocos recursos, pero nuestra intención, a través de ayudas y planes parciales, sería la de ir acondicionando los edificios poco a poco".
Fenollar insistió en que la reconversión del acuartelamiento y su uso público podría convertirse en un revulsivo económico para la zona, por lo que "sería totalmente lamentable que acabara cayendo y las instalaciones quedaran inservibles, cuando tienen muchas posibilidades".

M.Vilaplana www.diarioinformacion.com