La puesta en marcha del órgano comarcal está encontrando en la situación económica su principal obstáculo. La falta de ayudas o de la convocatoria de planes de empleo supone un serio revés para los objetivos de la entidad. Pero no es el único problema. Su presidente, Rafael Climent, tiene claro que la inestabilidad política de Alcoy y Cocentaina le resta fuerza al proyecto.
En el caso de Alcoy, Climent subraya que un Gobierno con solo nueve concejales apenas pueda centrarse en asuntos ajenos a la gestión del municipio. En Cocentaina se repite el problema, con un alcalde que es el único miembro del Gobierno con dedicación exclusiva. En su opinión, ayuntamientos más sólidos permitirían trabajar con más intensidad los proyectos comarcales. "Se echa en falta un trabajo, sino del día a día, sí semana a semana", señala Climent.
Climent lamenta la situación pero alaba la predisposición y la voluntad de ambos ayuntamientos que, pese a las dificultades, están trabajando para consolidar el proyecto comarcal, del que forman parte, tras los últimos abandonos, once municipios. "No es una crítica a Alcoy y Cocentaina. Es simplemente constatar una realidad que está afectando a la mancomunidad. Pero hay que destacar que ambos gobiernos están cuando se les llama desde la comarca", concluye el presidente.
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