La crítica ha tomado el casco antiguo de Cocentaina con los tradicionales Nanos, que se celebran este miércoles tras la suspensión, la semana pasada, por el mal tiempo. Los recortes, la corrupción o la falta de solución a problemas locales, como obras no atendidas por el Ayuntamiento, centran las críticas que los vecinos del barrio del Raval expresan a través de estos monigotes que aparecen por las calles en plena cuaresma.
El Gobierno local encaja bien las críticas, como explica Rosa Sellés, concejal de Tradiciones. "Está bien que los vecinos se expresen, aunque algunas administraciones tienen más motivos para ser criticadas que otras", señala la edil.
Nadie sabe con certeza el origen de esta celebración, aunque los historiadores apuntan a que los vecinos colocaban los muñecos de madrugada para, de forma anónima, criticar la actitud de otro ciudadano o de algún empresario local. Aquellos hechos puntuales han derivado en esta fiesta que concita la atención de toda la comarca.
Este año ha confeccionado su propio nano el colegio público El Bracal, de Muro, que sigue pendiente de la construcción del nuevo edificio mientras los alumnos se mantienen en barracones. "Muchos colegios de la municipios de la comarca nos acompañan en esta fiesta", matiza.
La participación de los escolares garantiza la pervivencia de una tradición que goza de muy buena salud, como admite la concejal. La fiesta, que ha comenzado con una chocolatada, sigue durante toda la jornada del miércoles.