EDUCACIÓN: 1-Acción y efecto de educar. 2-Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y jóvenes. 3-Instrucción por medio de la acción docente. 4-Cortesía, urbanidad.
La primera acepción es evidente. En la segunda, ya entramos en el tema que nos ocupa. Sin ser profesor, como la Sra. Paula Figuerola y sin ser demasiado inteligente, me basta para darme cuenta de cuál es el principal objetivo de Compromís en nuestra comunidad, que no es otro que el de adoctrinar a nuestros hijos desde bien pequeños, ya que su desarrollo y crecimiento político, depende directamente de ello. Les importa más bien poco si se abren diferencias entre ellos con motivo de su lengua materna, o si se vulneran sus derechos constitucionales y humanos.
En la siguiente acepción, entramos en el instrumento utilizado para llevar a cabo sus fines, que no es otro que el profesorado, al que se le implica en una guerra que nada tiene que ver con el desarrollo de su trabajo, creando también diferencias entre ellos, a nivel económico y educativo. Esto además, conlleva consigo una sobrevaloración de los docentes “afines” y una desacreditación de otros perfectamente cualificados hasta ahora.
Y en último lugar, y no menos importante, esta acepción diferente al resto de la que pudimos tomar nota en el último pleno municipal. Cuando tras leer nuestro representante de C’sla moción para la modificación del decreto del Consell, por el que se establece el modelo lingüístico educativo valencianoy se regula su aplicación en las enseñanzas no universitarias, asistimos al lamentable comportamiento de la edil deCompromís, con tono desafiante, prepotente y desagradable, con comentarios que ponían en duda la capacidad de nuestro concejal y esgrimiendo como mayor valor su condición de maestra de valenciano.
¿Esta es la educación que queremos para nuestros hijos? ¿Estos son los valores que les inculcan?
No lo acabó de arreglar el grupo socialista que, como era de esperar, se alineó con sus socios de gobierno en la comunidad resaltando prácticamente los mismos aspectos. Este decreto no solo crea alumnos de primera y de segunda, sino también desigualdad en los docentes. Es un adoctrinamiento encubierto, en cuanto se ofrece más capacitación en la línea en valenciano que en las de castellano, con más horas de inglés, por ejemplo. Ni la Constitución, ni el decreto de Autonomía, defienden que se prime a una en detrimento de otra, sino todo lo contrario. Sumemos además, que la mayor parte del profesorado no está cualificado para el nivel de inglés que se propone, por ejemplo, o que se traigan profesores de Cataluña en detrimento de los nuestros.
Por otra parte, ¿En cuántos países se pueden desenvolver nuestros hijos en castellano? ¿En cuántos en inglés? ¿En cuántos en Valenciano/catalán? Ahí dejo la reflexión.
Jorge Verdù Català
Afiliado a C’s Ciudadanos, partido de la Ciudadanìa
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